Había una vez, una niña que le encantaba tocar el violín. Estaba en 3er. grado de secundaria. Ella quería ser una gran concertista; pero no entendía el por qué tenía que estudiar materias que no fueran de música. |
|
|
|
|
|
|
Una mañana de invierno, Abril se internó en el bosque y comenzó a tocar su violín inspirada en la majestuosidad del paisaje. Al tocar tan bellas notas, escuchó a lo lejos una voz que le llamaba... |
|
 | la-lala-la-la-la-la |  |
|
 | Abril! Abril! Escúchame, soy tu Tatarabuelo Daniel |  |
|
|
|
|
La pequeña niña siguió el sonido de la voz, y sorprendida vio como una enorme nube brillante se acercaba lentamente hacia ella y dejaba la silueta de su Tatarabuelo. |
|
|
|
|
|
|