Catalina y Francisco se sentaron en su cocina. Ellos bebieron los tragos y hablaron acerca de donde su vive los había tomado. |
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| Soy muy bellísima y usted es un pícaro ¿Qué sucedió a mi vida? | |
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| Sé. ¿Sin duda, tenemos una casa lujuriante, pero que costoso era? Yo me siento como ha comprado un pasaje al infierno. | |
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El hombre y la esposa se sientan en el silencio. Había nunca un momento más silencioso. Rápidamente, Francisco habla. |
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| Usted es bellísima. Adóreme. Te suplico. Te estimo | |
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| ¡No! ¡Yo le detesto! Quedaré con mi madre. ¡Dame algún capital, el perdedor! | |
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Catalina saldrá y vivirá con su madre. Francisco bebe aperitivos hasta que él se muera. Chiste. Pero él beberá mucho. |
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| ¿Por qué yo? | |
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