Entonces Harvy apareció en el lugar de las estatuas. Sintió su cuerpo paralizándose. Ni siquiera los ojos podía mover. Pero seguía viendo, oyendo y sintiendo. Había comprendido que se había convertido en una estatua más |
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Ahora era el turno de Darla |
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| Es tu turno | |
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| Bien, iré entonces | |
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Pero a Darla, ver las estatuas y sus ojos tristes e inmóviles, le conmovieron |
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| Lucen tan tristes, me quedaré un momento con ustedes y las limpiaré | |
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