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 | Aunque solo soy un pollito de provincias de paso por la capital, he de confesar que hay estaciones del Metro de Madrid que me causan desazón. Posiblemente se deba al hecho de que las asocio con reveses emocionales que sufrí momentos antes de adentrarme en ellas. | |
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| Pues imagínate el día a día de un madrileño habituado a lidiar con el fracaso y el subsuelo. Un día le despiden de la oficina cerca de Sol, otro día descubre que su novia le ha sido infiel en Atocha, y que ha sido estafado en una oficina bancaria en Canillejas. | |
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| Pensamos que estamos simplemente recorriendo las estaciones de Metro para llegar a nuestro destino pero... | |
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| ...en realidad lo que hacemos es tejer una red subterránea de desilusiones. | |
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| Ahora que he descubierto tan desolador panorama, me lanzaré a un consumo masivo de granos de maíz, con la esperanza de acallar en cada picoteo los rugidos de una existencia feroz que amenaza con devorarnos. | |
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| Sí, lo que usted quiera, pero deje de mirarme obsesivamente los pechos. | |
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